En torno a 1860, el fabricante de bolas de billar ”Phelan and Collander” buscaba un sustitutivo del marfil natural y ofreció una recompensa de 10.000$ a quién lo consiguiera. El inventor estadounidense Wesley Hyatt, buscando una solución, procesó piroxilina con alcanfor. No ganó el premio pero descubrió una manera viable de producir nitrato de celulosa o celuloide.
A pesar de tener unas prestaciones aún lejanas a las de los plásticos actuales, el celuloide se usó entonces en la fabricación de multitud de productos: juguetes, artículos sanitarios y el soporte que permitió el nacimiento del cine… Amigos, ¡el plástico ha llegado a nuestras vidas para quedarse!
*Fuentes: Wikipedia y Escuela de Ingenieros Industriales de la Universidad de Valladolid